Conoce un poco más sobre las tapas españolas

En muchos lugares podemos conocerlas como aperitivos o entremeses, pero lo el nombre más popular en España es el de tapas. Prácticamente en todos los bares, en cada rincón de cada ciudad puedes pedir una ‘tapita’ de cualquiera de las especialidades de la casa. Es la mejor manera de esperar a que lleguen todos los comensales o sirvan los platos principales.

Hay para todos los gustos, por supuesto: desde un plato de patatas bravas a un plato de ibéricos, desde croquetas de varios sabores a unas zanahorias aliñadas. Según la zona de nuestro país o el bar en cuestión, puede que sean gratuitas con la bebida, o tengan algunas tapas sencillas que traer mientras miramos la carta.

De hecho, no es raro que en lugares como Granada haya quienes hagan un almuerzo informal únicamente a base de tapas y bebidas. También se ha puesto de moda en los últimos tiempos los pinchos o pintxos (por ser muy comunes en Euskadi), de los que se pueden encontrar increíbles variaciones que incluyen quesos, frutas, carnes, tortilla… Casi todo lo que se te ocurra.

De dónde viene la palabra ‘tapas’

Aunque ahora, en muchos restaurantes se han vuelto algo sofisticado, el origen de la tapa no es más que la preocupación de un tabernero por su clientela. Cuando les servía una copa de vino, era habitual acompañarla con un plato como “tapa” de la copa o el catavinos para que el alcohol no pegase tan fuerte.

No era más que una rodaja de algún embutido o una pequeña cuña de queso, pero suficiente para mantener al cliente en las mejores condiciones. Hoy, este servicio precursor del fast food, ha ido alterando su modo de presentación y su contenido, aunque todavía es muy común encontrar tapas parecidas en muchas tascas de España, especialmente en el sur.

Sin embargo, es más habitual ver callos, gambas al ajillo, tortilla de patatas, boquerones en vinagre… Un sinfín de sencillas preparaciones que se van sacando de la cocina en pequeñas raciones.

Pero esto no solo ocurre en este país, sino que su fama ha ido alcanzando el resto del mundo y ahora es muy fácil encontrar buenos restaurantes más allá de nuestras fronteras que ofrezcan tapas. En realidad, son “falsas tapas”, ya que no es más que un menú degustación de platos en miniatura con las que apenas se puede probar un bocado.

Al ser recetas sencillas, rápidas y baratas, se están abriendo muchos bares a la española en diferentes lugares de Europa y Estados Unidos. Se conoce así nuestra cultura gastronómica y se expande una tradición tan sabrosa como esta, con un pequeño tentempié para acompañar a la bebida.

Pero no hace falta irse a los pies de la Torre Eiffel para degustar buenas tapas, en tu propia casa puedes preparar algunas degustaciones bien elaboradas, pero presentadas en pequeños platos o cazuelas de barro; incluso como relleno de las habituales tartaletas saladas.

Qué tapas puedo servir

Como decimos, tanto si estás en casa y tienes visita (o no) o regentas un local de hostelería, puedes acompañar cualquier copa o bebida con algo de comer. No necesitas más que una bandeja bien bonita o un plato de pizarra con tres o cuatro tipos de canapés distintos. No exageres, recuerda que esto no es un plato principal, y si hace mucho terminarás por no querer comer más.

Si lo que quieres es no servir ningún otro tipo de comida, solo comer picando de las tapas, asegúrate de elegir una pequeña variedad. Algunos pueden fríos como los canapés o unos mini sándwiches, pero también otros calientes que se puedan hacer al horno o con una pasadita de sartén.

Lo mejor es tenerlos preparados antes de que lleguen los invitados, y darle un último golpe de calor a los segundos mientras se disfruta de las tapas frías. Así tendrás tiempo de pasar un buen rato junto a tus amigos y sorprenderlos con buena comida.

Algunos trucos para las mejores tapas

·        No te pases con la comida, si no sois muchos opta por tres o cuatro tapas.

·        Si tienes que darle forma a los canapés (tanto curva con recta), asegúrate de untarlos y colocar los ingredientes antes de cortarlos.

·        A la hora de servir, cuida también la estética. Combina filas de diferentes sabores y colores.

·        Si tienes poco tiempo, tira por lo clásico: una rebanada de pan y lo que más te apetezca de la nevera.

·        Si vas a utilizar pan de molde para sándwiches, mejor cortarlo en tres tiras horizontales que en una diagonal. Serán más cómodos de comer y manejar.

·        Si quieres que quede un pan más fino, pon las rebanadas entre dos papeles transparentes de cocina y pasa el rodillo por encima.